Subí al coche de la forma más torpe que podría existir. Recuerdo que mi padre salió del coche rápido, en mitad de la lluvia para comprobar como estaba, ayudarme a entrar al coche y atarme el cinturón, todo esto no evitó que me diese con el marco de la puerta y medio tropezase con la alfombrilla. Cuando entré, me dejé caer contra el sillón y me cerró la puerta, lo que hizo que el simple golpe del cerrar me estallasen los oidos en un pitido que no parecia cesar, me temblaban las piernas y estaba calada hasta los huesos, notaba el frío en mi cara y el dolor en mis manos, la boca me sabia a sangre y hasta el parpadear me hacia daño. Todo me dolia, y él lo sabia, mi padre lo sabia, en él se notaba todo mi dolor amplificado por el sufrimiento, desde que entró al coche se le notaba tenso, no paraba de martillear con los dedos el bolante y parpadear, respiraba rápido, pero no hizo preguntas, yo creo que me vio y eso le valió como explicación de lo sucedido. Yo me había mantenido absorta contra el cristal que no paraba de repiquetear por la lluvia y empañarse. Os podriais imaginar a quien buscaba... yo creia saberlo, pero ¿quien era ese? mi salvador, pero en estos momentos no podia pensar con claridad y eso era demasiado irreal, mirar el paisaje que había en el exterior era tan difícil que tan siquiera sabía a donde nos estábamos dirigiendo, entrecerré los ojos y me dormí. Digo que me dormí porque ya no sentia dolor y ni oía el repiquetear de la lluvia, apenas notaba los cambios de marcha del coche, ni de las curvas pronunciadas. Mi cerebro estaba OFF.
Una luz empezaba a intensificarse, abrí los ojos e inevitablemente volví a cerrarlos, me dolía otra vez todo el cuerpo, oía el triscar de los huesos y cada vez escuchaba más fuertes unos murmullos que me rodeaban, mi corazón se aceleró y apreté los ojos para no volverlos a abrir, pero algo me empujaba a hacerlo y dos lágrimas caían por mis mejillas, no las notaba. La luz me cegó y tardó mi mirada en hacerse a esa claridad. Inevitablemente me topé con los ojos dorados, pero no veía más, intentaba mirar más, quería, se alejaba, no podía alargar el brazo, se dio la vuelta, pelo dorado, me volvía a doler todo, lloraba, intentaba gritar. Todo negro.
Me intentaba remover, pero no podía. La luz entre mis párpados era distinta, y supuse que lo anterior había sido un sueño.
Oí voces al exterior y presté atención a ver si las identificaba.
-...denuncia? - Voz masculina- Esta claro que es denunciable, lo que han comentado los médicos es grabe.
-¡Pues claro que quiero poner la maldita denuncia! - Era una voz nerviosa. Mi padre.- La podían haber violado.
Me puse nerviosa.
Una luz empezaba a intensificarse, abrí los ojos e inevitablemente volví a cerrarlos, me dolía otra vez todo el cuerpo, oía el triscar de los huesos y cada vez escuchaba más fuertes unos murmullos que me rodeaban, mi corazón se aceleró y apreté los ojos para no volverlos a abrir, pero algo me empujaba a hacerlo y dos lágrimas caían por mis mejillas, no las notaba. La luz me cegó y tardó mi mirada en hacerse a esa claridad. Inevitablemente me topé con los ojos dorados, pero no veía más, intentaba mirar más, quería, se alejaba, no podía alargar el brazo, se dio la vuelta, pelo dorado, me volvía a doler todo, lloraba, intentaba gritar. Todo negro.
Me intentaba remover, pero no podía. La luz entre mis párpados era distinta, y supuse que lo anterior había sido un sueño.
Oí voces al exterior y presté atención a ver si las identificaba.
-...denuncia? - Voz masculina- Esta claro que es denunciable, lo que han comentado los médicos es grabe.
-¡Pues claro que quiero poner la maldita denuncia! - Era una voz nerviosa. Mi padre.- La podían haber violado.
Me puse nerviosa.
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