jueves, 16 de febrero de 2012

Capítulo 2

Ya, por fin, me decido a escribir algo más. Mi imaginación escasea y tengo veinte mil exámenes por medio. Espero que sepais perdonarme.


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Cuando entreabrí los ojos ya apenas había luz. Moví los dedos de las manos -cómo no, doloridas- y estire también los dedos de los pies. Poco me costó esta vez abrirlos totalmente, ya que estaba aquello medio oscuro. Me percaté de que nadie estaba a mi lado, nadie calentaba mi mano izquierda. Estaba pendiente de sentir todo, de notar que estaba respirando, oír el tic tac de algún reloj, sentir me respiración, notar las diferentes corrientes de aire por la habitación... pero no, no sentía nada. Si, movía los dedos, sabia de la presencia de mis párpados ya que me puse a parpadear como una tonta. Nada, solo frío. -¡¡¡¡JODEEEEEEEER!!!! si, joder, joder y más joder. ¿qué me pasa ahora?¿no tengo ya bastantes problemas cómo que para ahora sienta toda esta mierda? ¿sentir? ¡Pero que digo! si no siento nada- Me levanté de la cama lo más rápido que pude, me senté dejando colgadas mis piernas amoratadas por un lado de la cama. por una vez en la vida recé, recé por sentir lo frío que estaba el suelo, rezaba porque se me pusiese la piel de gallina y rápidamente me metiese a la cama. Salté al suelo y me tropecé, algo salió despedido para el otro lado de la habitación. Me moví hasta allí con una torpeza obvia, era la famosa bola de papel que entró por la ventana, me agaché a por ella y con el brazo izquierdo me apollé en el suelo y con la derecha intenté a agarrar el papel, me fijé en mis manos, sangre, sangre que se deslizaba por mi brazo, no me percaté de la presencia del  gotero, la aguja desgarró mi piel, y el suero se había derramado por el suelo. Me mantuve en cuclillas, agarré el papel con la mano izquierda y la derecha la tenia presionada contra el cuerpo. No me dolia. Nada, y cuando digo nada, es nada. Abrí la nota con el brazo amoratado, cuando observo lo que hay en ella me caigo sentada hacia atrás, "un número de teléfono, tan solo un número de teléfono, ¿y ahora que hago? ¿llamo? ¿que broma de mal gusto era esa?" Alguien entra por la puerta de forma nerviosa, psicótica, mi hermano se agachó donde mi, solo recuerdo eso, solo... eso.


"¿Qué haces durmiendo otra vez?" Esa voz retumbaba dentro de mi, recorriendo  cada recobeco de mi alama, susurrado los minutos de mi vida. Cualquiera me iba a decir que hacia pensando mientras me hallaba en un momento inconsciente. Unos ojos verdes parecian vislumbrarse entre todo ese barullo que tenia mi cabeza. Mi corazón se acelera y el pitido vuelve a aparecer, estaba entre mi chico de ojos verdes y la habitación del hospital. "¿Qué has hecho con la nota?" dice mi chico, "no lo se" susurré, entonces una voz clara desde el exterior me prenguntaba el qué no sabia, y volvio la voz de mi chico "pregúntale por la nota" , lo hice, más tarde una descarga eléctrica me obligaba a abrir los ojos y a moverme, era de noche, que rápido pasaba el tiempo. Entonces vi a un hombre sentado en el sillón donde deberia de estar mi hermano, pregunté por él.


- Le he dicho que ya cuidaba yo de ti, estaba cansado. Tu padre se fue con él.- Su voz era grabe pero dulce, me sonaba, y no sabia de qué, a si que le pregunté. - ¿No te acuerdas de mi? Valla fallo.

-¿Por qué deveria acordarme de usted? - Achiné los ojos para intentar verle la cara, pero se me hacia imposible, aquello parecia una película de terror.

- Hay cosas que no se olvidan, ¿no crees Julia? - Se levantó y se quitó el sombrero, dejando caer la larga cabellera blanca que parecia brillar entre tanta oscuridad, se me heló el corazón pero aún así no sabia quien era, mi corazón daba tumbos. No frenaba. Del miedo que tenia abrí mucho los ojos. - Vamos a ver, te cuento la historia si quieres.


-Mejor no, vete Miguel.


-¿Sabes por qué estoy aquí verdad?- Se pegó a mi.


-¿No has cerrado las puertas del cielo?- "¿Y estás preguntas que estaba haciendo tan subrealistas? estoy loca, es definitivo"


- Desde que naciste tú allí arriba hay un descontrol, te escapaste, lo hiciste y ahora mismo te quieren matar. Cuentas con muchos apollos, no los deperdicies.- Dicho esto, me tiró la bola de papel con el número de teléfono y se marchó por la ventana. 
Definitivamente, aquello era un sueño, devia de estar dormida.

viernes, 13 de enero de 2012

Capítulo 1. (3º parte)

·En el capítulo anterior, habían entrado la enfermera y Gabriel. Una bola de papel entró por la ventana semiabierta.

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Entró primero mi hermano y luego la enfermera, bajita, joven pero con autoridad, iba recta e imponia, poco, pero lo hacia. Me miró con la cara que le salio primero, la de pena, luego se transformaron sus rasgos y se volvieron dulces.
-¿Qué tal?¿dormiste bien?- Retiró su mirada de la mia y se volvio a mirar aquella pantalla de rayitas para arriba y para abajo, me hacian gracia. Derrepente se vuelve a mi con cara interrogante - ¿qué pasa? ¿No puedes hablar?
No lo decia en broma, lo sabia. Pero me había quedado absorta en mis pensamientos. Y tan solo su roce en mi muñeca para tomarme el pulso me vino las imágenes del suceso acontecido. Me estaba volviendo loca, me dio por llorar, reviví los dolores, cómo me retorcia. Se dio cuenta y alejó su mano de mi. Gabriel rápidamente se levantó del asiento. O eso creo. Todo parecia un cuadro de acuarelas donde se repetia lo mismo una y otra vez. Me mordia el labio, se me agarrotaban los brazos de hacer fuerza contra unos brazos que me oprimian, inexistentes. Lo sabia. Nose porqué estaba reaccionando así. No paraba de llorar. La enfermera me obligó a tumbarme y oí un grito, después de eso mi hermano se largó y volvió con un médico que me inyecto algo.

Iba camino a la playa andando. Sin mirar atrás. Sin escribir una nota de lo que iba a hacer.Me sentia sola, era de ese vacio que tienen algunos, de esas personas que tienen a mucha gente a su alrededor y mucho aire que les separa.Andaba de puntillas, como quien no queria dejar rastro. Las olas parecian querer rozarme,querian alcanzarme, querian tenerme a su merced, de espaldas a la orilla de ese mar inmenso que parecia sediento. Me dejaré llevar por esas olas divertidas. Me undiré al fondo. Observaré la profundidad, donde hay peces curiosos, quieren saber lo que soy o el porqué lo hago. Estaba claro que queria entrar, mis pies no dejaban de andar, lo que queria estaba claro. Agarraré la mano de quien dice llamarse la muerte. Creí ver una mirada dorada y una sonrisa amplia, el mismo tío de siempre. No queria recordarlo, tansiquiera verlo. Porque verle a él seria como volver a recordarlo todo. No podria ver nada. Azul. Calma. Un suspiro. Y una mano de un posible ángel que yo ansiaba agarrar. La alcancé pero no toqué nada. No sentí nada. No moví ni un músculo. Los suicidas no van al cielo, dijo una voz . La mirada dorada me miraba enfadada. Yo queria gritarle que no buscaba la muerte, tan solo verle una vez más. "No quiero verte morir a si que si quieres vamos los dos", eso me hubiese gustado escucharlo antes, no queria morir, me estaba agobiando, me movia, pero no subia  a la superficie, el agua  el agua ya estaba dentro de mis pulmones. Solo podria recordar que alguien gritaba y yo, porfin, moria.... y él lo veria. "Tengo miedo a no conocerte." y eso fue lo único que pude decir.



jueves, 12 de enero de 2012

Capítulo 1. (2º parte)

·Soy la escritora, gracias por todos aquellos que lo leen (que no son pocos), gracias por todos aquellos que han dicho que les avise para seguir leyendo, y tambien, gracias a todos los que se han molestado en hacer otra crítica constructiva. 
Entre risas pediré por favor que empeceis leyendo por el prólogo, que ya me he encontrado más de un caso que han empezado por el capítulo1.  Sin más demora, continuaré con el Capítulo 2.Un saludo y espero que os guste :)
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Me puse nerviosa y el pitido de la máquina que tenia al lado, se aceleró. Algo en mi interior no iba bien, porque apenas me podia mover, y aún intentando abrir los ojos, no podia. Intenté relajarme, pensando en pajaritos de colores y esas pijadas de niña mimada, pero ni eso conseguia distraerme, quizá era porque cada vez era más consciente de mi cuerpo, cada vez notaba más, un viento fresco en mi cara y un hormigueo en la punta de los dedos de los pies, notaba la calidez de mi mano izquiera mientras que mi mano derecha estaba más fria bajo una tela áspera, controlaba mi respiración. Mi mano izquierda se movia, había otra mano que agarraba la mia. Abrí primero un ojo, y rápidamente oí una voz susurrante desde mi izquierda.

-Por fin te has despertado, Bella Durmiente.- Era una voz cansada, pero sabia con rápidez de quien era.
-Gabriel - Conseguí decir tras mi largo intento de abrir los ojos, conseguí verle, aún borroso, ya que la luz estaba tras él en una ventana semiabierta. -¿cómo estás? - le miraba con los ojos chiquitines, como quien intentase vislumbrar un objeto lejano. Yo le veia a él. Tenia ojeras de no haber dormido durante horas, y su sonrisa forzada lo corroboraba.
-Creo que eso deveria habertelo preguntado yo a ti primero, ¿no crees?- sonrió lo más amplio posible y yo le respondí a la sonrisa. A la pregunta de como estaba, realmente no sabia que responder. No me había planteado esa duda, tan solo queria volver a casa y poco más. No era de las que se quejaban mucho.
-Realmente... nose que decirte... - Me mordí el labio inferior por pura vergüenza. No sabia que responder después de lo que me había pasado.
-No importa, de todas formas tengo que avisar a una enfermera para que vea como estás y demás. Supongo que quiera el policia ese - señaló a un hombre que iba con un traje negro que se situaba de perfil en el marco de la puerta. Gesticulaba y supuse que era el que estaba hablando con mi padre- ¿Quieres agua?
- Si, porfa - Le sonreí como una niña buena, se levantó despacio, agarrotado de estar tanto tiempo sentado. Al soltar mi mano enseguida se enfrió y la metí bajo la sábana.
-Aquí tienes, princesilla - Alargué el brazo derecho, y me dí cuenta de que tenia el suero inyectado.- Espera, no te muevas.
Le quité el vaso de las manos.
- No seas bobo, yo puedo. - Bebí unos tragos y realmente noté que verdaderamente tenia sed, mucha sed.-¿Era necesario traerme aquí? y no me digas "¿y tu qué crees?" porque no me vale.
 -Pues te hago la pregunta que no quieres que te haga- Me retiró el vaso de mi mano y le puse mi cara de "me estás tomando el pelo, fijo".
Se reia.
-Eh! que a mi no me hace gracia. - Me dió un beso en la mejilla y se fue iendo de la sala, antes que se fuese le paré. - Espera, avisa al menos a papá, lo digo para que sepa que estoy bien.
-O al menos parte de ti está bien. - Se rio a carcajadas. Nose como después de toda la noche a mi lado podia tener tan buen humor, incomprensible... o no.
Salió del cuarto y me dejó a solas, con mis pensamientos, ¡qué digo pensamientos!, con nada. Quiero leer, si, tengo ganas de leer. Gritar a alguien una palabra que salga en un texto, que se quede con cara de extrañado. Reirme. "Es absurdo, porque sigo aquí, con la ventana medio abierta y los rayos del Sol me dan calor en la cara.. respiro fuerte, pero me duele el tabique de la nariz. Sigo oyendo a mi padre hablar con el policia y a este gesticulando. Apenas entiendo lo que dicen, y tampoco me molesto mucho. Solo, si, bueno, solo, y ya es mucho... pienso en él, como un salvador o algo así. Nose lo que querian, no lo se, y me molesta."
Una ráfaga de viento abre la ventana de par en par, pero nadie viene a cerrarla, intento levantarme pero los cables y las sábanas no me dejan levantarme. "No tengo fuerzas ni para levantar las malditas sábanas"
Una bola de papel salió disparada del exterior, al suelo, debajo de la camilla. Quise levantarme, pero justo en ese instante. En el que demostré a el mundo la patosidad incesante de mi ser, apareció mi hermano acompañado de una enfermera, que tras de sí, mandaba silencio al policia y a mi padre. Cerró la puerta de la sala.

martes, 10 de enero de 2012

Capítulo 1. (1º parte.)

Subí al coche de la forma más torpe que podría existir. Recuerdo que mi padre salió del coche rápido, en mitad de la lluvia para comprobar como estaba, ayudarme a entrar al coche y atarme el cinturón, todo esto no evitó que me diese con el marco de la puerta y medio tropezase con la alfombrilla. Cuando entré, me dejé caer contra el sillón y me cerró la puerta, lo que hizo que el simple golpe del cerrar me estallasen los oidos en un pitido que no parecia cesar, me temblaban las piernas y estaba calada hasta los huesos, notaba el frío en mi cara y el dolor en mis manos, la boca me sabia a sangre y hasta el parpadear me hacia daño. Todo me dolia, y él lo sabia, mi padre lo sabia, en él se notaba todo mi dolor amplificado por el sufrimiento, desde que entró al coche se le notaba tenso, no paraba de martillear con los dedos el bolante y parpadear, respiraba rápido, pero no hizo preguntas, yo creo que me vio y eso le valió como explicación de lo sucedido. Yo me había mantenido absorta contra el cristal que no paraba de repiquetear por la lluvia y empañarse. Os podriais imaginar a quien buscaba... yo creia saberlo, pero ¿quien era ese? mi salvador, pero en estos momentos no podia pensar con claridad y eso era demasiado irreal, mirar el paisaje que había en el exterior era tan difícil que tan siquiera sabía a donde nos estábamos dirigiendo, entrecerré los ojos y me dormí. Digo que me dormí porque ya no sentia dolor y ni oía el repiquetear de la lluvia, apenas notaba los cambios de marcha del coche, ni de las curvas pronunciadas. Mi cerebro estaba OFF.

Una luz empezaba a intensificarse, abrí los ojos e inevitablemente volví a cerrarlos, me dolía otra vez todo el cuerpo, oía el triscar de los huesos y cada vez escuchaba más fuertes unos murmullos que me rodeaban, mi corazón se aceleró y apreté los ojos para no volverlos a abrir, pero algo me empujaba a hacerlo y dos lágrimas caían por mis mejillas, no las notaba. La luz me cegó y tardó mi mirada en hacerse a esa claridad. Inevitablemente me topé con los ojos dorados, pero no veía más, intentaba mirar más, quería, se alejaba, no podía alargar el brazo, se dio la vuelta, pelo dorado, me volvía a doler todo, lloraba, intentaba gritar. Todo negro.


Me intentaba remover, pero no podía. La luz entre mis párpados era distinta, y supuse que lo anterior había sido un sueño.
Oí voces al exterior y presté atención a ver si las identificaba.
-...denuncia? - Voz masculina- Esta claro que es denunciable, lo que han comentado los médicos es grabe.
-¡Pues claro que quiero poner la maldita denuncia! - Era una voz nerviosa. Mi padre.- La podían haber violado.
Me puse nerviosa.

Prólogo.


Estoy rodeada de gente. A mi espalda una pared. Todos me miran divertidos. No se qué quieren. Tengo miedo. Es de noche. Estoy temblando y calada por la lluvia. Hay pocas farolas y no iluminan demasiado. Creo que los conozco, no estoy segura. En estos momentos tengo ganas de correr y huir. Tengo ganas de estar en mi casa. No quiero más que la pequeña libertad. Alguien de todos los que me rodean se acerca, me coge de la melena y se acerca a mi oído. Yo no digo nada. Sufro en silencio. Como siempre. Me susurra "Oye, que guapa te has vuelto con el tiempo ehh ahora tengo ganas de echarte un polvo, guarra". Le recuerdo, Jose, compañeros de clase y siempre me insultaba por fea y por gorda. Hacía mucho que no le veía. Pero estaba claro que seguía siendo el mismo cabrón de siempre. Se acercó a besarme y le di una patada en el estómago porque apunté mal. Me respondió un amigo con un bofetón y un escupitajo. Quería correr. Solo llegué a dar dos pasos y dos chicos me agarraron por los brazos. "Esto solo me lo merezco yo" Pensé. Me intente desasir entre esos dos. No pude. Jose se acerco otra vez a mí y me besó. No pienses que fue como un beso romántico. No. Fue bruto. Sus amigos se reían y aplaudían. De la fuerza me dio contra la pared y le mordí la lengua. En forma de respuesta me agarraron sus amigos más fuerte de los brazos y Jose me empezó a dar puñetazos en el estómago. "Tío te estás pasando. Déjala ya" Dijo un chaval. Yo ya no podía ni abrir los ojos anegados en lágrimas. "Toda tuya Raúl. Toda tuya" Dijo José. Ya paró de pegarme y los dos amigos me soltaron los brazos. Mis piernas ya no me mantenían de pies. Me caí al suelo. Oí muchas risas. Me faltaba aire. La lluvia no ayudaba a que me pudiese levantar. Alguien me cogió de la barbilla y me obligo a mirarle. Ojos dorados. Melena leonada. No se parecía a los demás. Solo me dijo "Es una tontería preguntarte como estás viendo lo que te han hecho, vamos" Me agarró de un brazo y se lo colocó detrás de su cuello. No podía hablar, casi no podía ni respirar. Me dolía cada músculo. Me dolía el alma. Odiaba a todo el mundo, excepto a él. No sabia a donde me llevaba pero pudo sacarme de allí. La gente nos abría paso. Le abucheaban. Supongo que esperaban que me iba a dar otra paliza. Una vez alejados me dejó su móvil y pude llamar a mis padres y decirles donde estaba. "Gracias" Pude balbucear. Nose si me oyó pero cuando vio el coche de mi padre se marchó y no volví a saber nada más de él hasta que empezó el instituto.

Presentación de la autora.

Este blog ha sido creado para una historia que está en el horno. 
El prólogo ha tenido gran aceptación entre los lectores. No tengo más que comunicar que iré poco a poco publicando y espero que las personas interesadas en esta lectura se animen a comentar cada cachito. Valen críticas positivas y tambien negativas (siempre y cuando sean constructivas). Si alguien quiere aportar algo a esta historia que no se corten. Estoy abierta a nuevas ideas.
Me da vergüenza admitir que aunque sea una gran "tragadora de libros" las faltas ortográficas parecen hechas por alguien que no ha tocado un libro ni por casualidad.